Era enero de 1945. Edith Zierer tenía trece años y salía del campo de concentración en la ciudad de Częstochowa. No podía imaginar que todos sus familiares habían muerto a manos de los alemanes. Apenas se mantenía en pie. Un joven seminarista la ayudó... Lo contaba la conocida y ya fallecida periodista Paloma Gómez Borrero, que fue corresponsal del Vaticano.