El vicario apostólico para Arabia del Sur lleva 18 años trabajando en esta tierra llena de contradicciones. Mientras en Dubai abundan los rascacielos, en Yemen lo que abunda es el hambre.
Hambre agravada por el interminable conflicto entre los milicianos chiitas sostenidos por Irán y el gobierno central apoyado por Arabia Saudí. Además el panorama no es esperanzador. Llevan más de cinco años en guerra y no hay señales de que se acerque a su final.