Kayla Mueller era una joven estadounidense que decidió viajar a Siria como cooperante para ayudar a las víctimas de la guerra y de los yihadistas. Con tan sólo 26 años fue secuestrada por el Estado Islámico y tomada como esclava por su líder Abu Bakr Al Bagdadi, que la violó en repetidas ocasiones hasta que finalmente fue asesinada en febrero de 2015.
El martirio de esta joven cristiana se pudo conocer gracias a que otras chicas que estaban corriendo su misma suerte consiguieron escapar y contar al mundo las atrocidades de Estado Islámico.