Un grupo compuesto por decenas de cristianos, liderados por el cardenal Zen Ze-Kiun, pidió al gobierno chino que ponga fin a la demolición de cruces en China continental, y que libere a los líderes religiosos encarcelados. El también obispo emérito de Hong Kong denunció que la libertad está disminuyendo también en la ex-colonia británica: «Debemos hablar, intervenir de tal manera que evitemos este contagio».