El «libro naranja», como popularmente se le conoce en algunos sitios.
«Exponer los contenidos de la fe de manera conforme a la verdad bíblica, a la genuina tradición de la Iglesia y, en particular, a las enseñanzas del Concilio Vaticano II», haciendo, «el esfuerzo de poner de relieve lo que en el anuncio cristiano es fundamental y esencial», «con el compromiso de volver a expresar, en un lenguaje más acorde con las necesidades del mundo actual, la perenne verdad católica». Así presentaba solemnemente San Juan Pablo II, el 7 de diciembre de 1992, el nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, que cumple ahora, por tanto, 30 años.