En algunas diócesis hay iglesias vacías, especialmente en lugares donde la fe ha ido a menos o donde las zonas rurales se han despoblado. Su mantenimiento puede convertirse en una tarea difícil, sobre todo si los recursos económicos escasean. La tentación de vender estos templos es fuerte y se corren riesgos. Los nuevos propietarios pueden destinarla a actividades irrespetuosas, como discotecas. El Vaticano ha emitido un documento con varias directrices. Recuerda qué protocolos seguir antes de vender una iglesia y anima a conservar su propiedad por respeto a las generaciones pasadas que la construyeron.