La cruz pectoral que luce el Papa León XIV desde su elección como pontífice no es solo un símbolo de su cargo, sino también un tributo a la fidelidad y el martirio. Se trata de una pieza que contiene una reliquia del beato Anselmo Polanco, obispo de Teruel y miembro de la orden agustina, asesinado en 1939 durante la Guerra Civil Española por odio a la fe.
La cruz pectoral lleva también una reliquia de san Agustín y de su madre santa Mónica.