En su última jornada en Eslovaquia, el Santo Padre celebró una masiva misa en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de los Siete Dolores, en la ciudad de Sastin. Su último mensaje para los fieles y las autoridades fue de ánimo y agradecimiento por la cálida acogida recibida. En su vuelo de regreso a Roma, Francisco conversó con la prensa.