El Papa abre el Sínodo de los Obispos para la Amazonía en el signo del espíritu misionero, de una “Iglesia siempre en camino”. La invitación a la escucha y a la prudencia es fuerte. Mirando el sufrimiento y los muchos mártires de estas tierras, reiteró: “Por ellos, por los que están dando su vida ahora, por los que han derramado su vida, con ellos, caminamos juntos”.