El cardenal Christian Wiyghan Tumi fue liberado tras ser secuestrado por un grupo de hombres armados en la carretera entre Bamenda y Kumbo, en Camerún. El cardenal comenzó a recibir amenazas después de haber animado a los niños a regresar a la escuela tras un violento ataque. También el Papa condenó este atentado en el que murieron ocho niños.