El padre Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, explica las razones de una decisión insólita adoptada unánimemente por los patriarcas greco-ortodoxo y armenio y por él mismo: el cierre de la basílica del Santo Sepulcro. Duró solo tres días, los últimos de febrero, pero fue eficaz para hacer evidente ante el mundo la injusticia de las decisiones administrativas que lastraban el futuro de la comunidad cristiana de Jerusalén.