San Tito Brandsma, sacerdote carmelita de origen holandés, fue también profesor y periodista. Murió asesinado en un campo de concentración nazi.
Tras la invasión del Tercer Reich en 1940, Brandsma sirvió de enlace entre las redacciones de los diarios y el episcopado holandés. El caso del padre Tito desde el primer momento hay fama de sanctidad. Los compañeros de presidio, los sobrevivientes de Dachau escribieron una carta pidiendo que se iniciara el processo de beatificación.
El milagro atribuido a su intercesión fue la curación de un sacerdote carmelita, el padre Michael Driscoll, de un "melanoma metastásico de los ganglios linfáticos" en 2004.