La inauguración del pesebre y la iluminación del árbol de Navidad en la Plaza de San Pedro es una tradición que se introdujo en 1982 por Juan Pablo II, acompaña e invita a romanos, turistas y peregrinos de todo el mundo desde hace 37 años. El pesebre y el árbol, fueron donados respectivamente por Scurelle, en la provincia de Trento, y Rotzo, en el Altiplano de Asiago: dos de los muchos municipios marcados por la tempestad que en 2018 devastó bosques enteros del Triveneto.