El Papa reflexionó durante la audiencia general sobre la “naturaleza de la Iglesia”, según lo que se transmite en el libro de los Hechos de los Apóstoles.
Recordó cómo la predicación de San Pablo a los paganos generó una controversia dentro de las primeras comunidades cristianas, principalmente judías. Discutieron si los nuevos cristianos debían seguir algunos preceptos concretos de la ley de Moisés. “Para resolver esta cuestión”, explicó el Papa, “recurrieron a la 'Asamblea de los Apóstoles y de los Ancianos', y tuvo lugar el así llamado 'Concilio de Jerusalén', en el que se afrontó la relación entre la fe en Cristo y la observancia de la ley de Moisés”. Papa Francisco explicó que “la Asamblea de Jerusalén nos ayuda a entender que la Sinodalidad es el método eclesial para reflexionar y confrontarse, basado en el diálogo y en el discernimiento a la luz del Espíritu Santo”.