Dentro de poco la guerra en Siria cumplirá 7 años, cientos de días de bombas, destrucción, miseria y batallas entre las que una ha sido especialmente cruenta: la que se libró durante 4 años en Alepo, la ciudad más grande de Siria. Quienes pudieron, se marcharon. Entre ellos muchos cristianos. De los 250.000 que había se estima que pueden quedar unos 30.000. La ciudad de Alepo poco a poco vuelve a una relativa normalidad tras la batalla pero Siria sigue en guerra y con las bombas la posibilidad de que cada vez haya menos cristianos en la tierra donde se convirtió San Pablo.