Julián Carrón ha presentado su renuncia como presidente de Comunión y Liberación, uno de los movimientos católicos más importantes, numerosos e internacionales ya que está presente en más de 90 países. En esta carta explica que ha tomado la decisión “para favorecer que el cambio de guía al que nos llama el Santo Padre se desarrolle con la libertad que dicho proceso requiere”.
Se refiere a la decisión del Vaticano anunciada en septiembre de que no se pueda presidir un movimiento más de dos mandatos de un máximo de cinco años cada uno.