Antes de que saliera el sol sobre Roma, el papa Francisco visitó el 8 de diciembre, la Plaza de España de Roma para venerar la estatua de la Virgen María en la fiesta de la Inmaculada Concepción. El Papa llegó poco antes de las 6:15 de la mañana. Fue tan pronto para evitar crear aglomeraciones. Allí saludó a la embajadora de España ante la Santa Sede, cuya embajada está ante la imagen de la Virgen.
Al igual que el año pasado, el Vaticano anunció previamente que el tradicional acto de homenaje se había cancelado debido a las medidas de Covid-19. Aun así Francisco se presentó mientras la ciudad dormía para rezar ante la Virgen en privado.
También saludó a la Salus Populi Romani, la patrona de Roma, y rezó ante ella en silencio, antes de regresar al Vaticano.