Antes de rezar la oración del Ángelus, el Papa meditó sobre la Eucaristía, prefigurada, según el Pontífice, a través precisamente de la multiplicación de los panes.
Adorando el Cuerpo y la Sangre de Cristo, pidámosle con el corazón: ¡Señor, dame el pan cotidiano para ir adelante, y sáciame con tu presencia!
Concluida la oración mariana, el Papa recordó el conflicto en Myanmar y el sufrimiento del pueblo birmano.