El Papa Francisco entregó el Premio Ratzinger a la profesora Marianne Schlosser y al arquitecto Mario Botta. El Vaticano concede este premio a grandes figuras de la Teología. Marianne Schlosser es alemana y es una de las cinco profesoras que trabaja en la Comisión Teológica Internacional. Esta comisión asesora al Papa Francisco. Este animó a que hubiera más participación femenina en el futuro y mayor presencia de mujeres en puestos de responsabilidad en la vida de la Iglesia.
El arquitecto suizo Mario Botta recibió el premio por su investigación sobre espacios religiosos. Tras felicitarle por su trabajo, el Papa habló sobre el papel esencial de la arquitectura como transmisora de fe.