El Papa Francisco presidió una misa para la comunidad católica suiza en el
Palacio de Exposiciones de Ginebra. La homilía la centró en tres palabras: Padre, pan y perdón.
“Estamos llamados a actuar como hermanos, como buenos custodios de nuestra familia, y a esforzarnos para que no haya indiferencia hacia el hermano, hacia ningún hermano: ni hacia el niño que todavía no ha nacido ni hacia el anciano que ya no tiene voz, como tampoco hacia el conocido que no logramos perdonar ni hacia el pobre descartado”...