Durante el Ángelus el Papa reflexionó sobre la luz y la sal, dos figuras mencionadas en el Evangelio del domingo. Dijo que los cristianos deben ser como la sal porque realiza una función importante con discreción, sin buscar la fama.
Después del Ángelus, el Papa habló del drama del tráfico de personas. Pidió a las empresas de tecnología que impidan a organizaciones delictivas que usen Internet para atrapar a las víctimas.
Volvió a lanzar un llamamiento a la comunidad internacional para ayudar en la crisis de Siria. El Papa pidió a los peregrinos presentes rezar juntos por el país.