El Papa prosiguió con este nuevo ciclo de reflexiones sobre los problemas que la pandemia ha puesto en evidencia o, como él los ha llamado, “las enfermedades sociales”. Señaló que esta emergencia sanitaria demuestra que todos somos vulnerables y estamos interconectados.
Diagnosticó una de estas enfermedades que se deriva del egoísmo y que es otro virus para el que el mundo también necesita una medicina.