En el ángelus de este domingo el Papa recordó que la buena marcha del nuevo año no depende de la suerte. Para que todo vaya bien propuso, además de rezar, que cada uno dé lo mejor de sí mismo.
Antes de marcharse el Papa envió una bendición especial a las familias que tienen hijos pequeños y a quienes esperan un hijo en estas semanas. Dijo que cada nacimiento es una promesa de esperanza.