En la catequesis de la audiencia general habló sobre la ternura de San José, que aparece reflejada en las parábolas de Jesús sobre los padres. Esa ternura es una característica esencial de Dios, que trata siempre con misericordia a las personas.
"La ternura no es principalmente una cuestión emotiva o sentimental: es la experiencia de sentirnos amados y acogidos justo en nuestra pobreza y miseria, y así transformados por el amor de Dios. Mirad cómo los enfermeros y las enfermeras tocan las heridas de los enfermos, con ternura, para no herirlos más. Así es como el Señor toca nuestras heridas, con la misma ternura".
Francisco retomó uno de los temas principales de su pontificado. Explicó que a Dios no le da miedo nuestro pasado, aunque esté lleno de errores. Le asusta que las personas tengan el corazón cerrado al cariño.