El Papa Francisco presidió la Santa Misa de Corpus Christi.
Entre los pocos presentes, unos 50 y todos dotados con mascarilla, el Papa reflexionó sobre la Eucaristía como expresión de amor de Dios por los hombres. Dijo que es la curación de tres enfermedades. La primera de ellas sería el dolor provocado por la falta de afecto. Señaló que la segunda enfermedad que la Eucaristía cura es el dolor provocado por las humillaciones. La última enfermedad sería la comodidad, el sedentarismo. Francisco dijo que la Eucaristía es un motor que mueve a las personas a darse a los demás y servirles.