La última parada del peregrinaje penitencial a Canadá del papa Francisco fue Iqaluit, la capital del territorio de Nunavut en Canadá, hogar de la mayor parte de la población inuit.
El Papa hizo un llamamiento a los jóvenes para que vivan una vida digna de la herencia que recibieron de sus padres para crear un futuro mejor.
Al terminar, el Papa rezó con los presentes y se dirigió al aeropuerto para poner punto final a su viaje de casi una semana a Canadá.