En Sudán del Sur, se estima que hay casi 2 millones y medio de desplazados y decenas de miles de muertos como consecuencia de una guerra civil que parece no tener fin y en la que se han cometido crímenes cercanos al genocidio. No solo el fuego cruzado se está cobrando vidas. A la desgracia de la guerra civil también se suma la sequía y la hambruna.
Unas 120.000 personas están en riesgo de morir de hambre en un país en el que, en pleno siglo XXI, los padres se quitan el pan de la boca para dárselo a sus hijos. Hay gente aislada en los poblados que ni siquiera puede huir y precisa de ayuda por aire.