Lamentablemente, en gran parte de los casos, se trata de movimientos forzados, causados por conflictos, desastres naturales, persecuciones, cambios climáticos, violencia, pobreza extrema y condiciones de vida indignas. Nuestra respuesta común se podría articular entorno a cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar.
La promoción humana de los migrantes y de sus familias comienza por las comunidades de origen, allí donde debe ser garantizado, junto al derecho a emigrar, también el derecho a no emigrar. (Papa Francisco)