Jeannie Ewing tiene cinco hijos. Su segunda hija, Sarah, nació con síndrome de Apert, un trastorno congénito en la formación de los huesos que puede afectar al desarrollo cognitivo. Sus libros son un recordatorio de que la vida familiar no siempre es fácil, pero que al aceptar sus retos podemos acercarnos a Jesús.
“La realidad de la Cruz no desaparece cuando nos casamos. En realidad se profundiza, y necesariamente debemos adentrarnos en nuestra fe, hasta el punto de aferrarnos más plenamente a la Pasión de Jesús”.