La comunidad ucraniana en Roma se organiza para responder al desafío de la guerra. Llevan toda la semana cargando camiones de comida y medicamentos para enviarlos a su país. Llenan varios camiones al día.
Se reúnen en la Basílica Santa Sofía de Roma, la iglesia de referencia para su comunidad. Aquí rezan los domingos e imparten catequesis.