HELEN WATT - Nadie está contra la tecnología que respeta al ser humano y el papel del marido y la mujer y los ayuda a concebir un hijo. El problema viene cuando la tecnología reemplaza el papel del marido y la mujer. En estos casos se rompe el proceso natural de la maternidad con prácticas como la donación de óvulos o los vientres de alquiler”. En la encíclica de Juan Pablo II “Donum vitae” dice que "desde el momento en que el óvulo es fecundado, se inaugura una nueva vida ”. También considera inapropiado el uso de estas tecnologías cuando se utilizan para concebir fuera del matrimonio entre hombre y mujer. La Iglesia católica dice que la cuestión no es la tecnología en sí, sino el hecho de destruir nuevas vidas. La Iglesia apoya a madres y familias a perseguir el sueño de la maternidad siempre y cuando la dignidad humana sea respetada.