Cuando parece que no hay espacio para la diplomacia, las organizaciones religiosas son capaces de abrir nuevas vías. Es algo que la embajadora de la Unión Europea ante la Santa Sede, Alexandra Valkenburg, valora en plena guerra de Ucrania.
“Actualmente, algunas organizaciones religiosas están teniendo una misión importante a la hora de ser nuestros ojos y nuestros oídos en lo que ocurre, pero también en la ayuda humanitaria”.