De nuevo el papa Francisco pasa el verano sin salir del Vaticano. No viajará a Castel Gandolfo para descansar unos días como hicieron sus predecesores. Durante el mes de julio sus actividades se han reducido al mínimo. Ni encuentros oficiales ni catequesis públicas semanales. Su única aparición pública se limita a los domingos a las 12.00, para rezar el ángelus con los peregrinos.
Por eso aunque el Papa disminuya su actividad exterior en este período el pontífice aprovecha para trabajar de puertas para adentro, con tranquilidad.