El padre Ragheed Ganni se negó a ceder a las amenazas de los radicales y defender su fe le costó la vida.
Pocos días antes de su asesinato y, consciente de las amenazas, escribió lo que llamó "Mi última oración”. En ella no pedía librarse de la persecución sino tener la fuerza necesaria para ser digno del sacerdocio que representaba.