"¡Oh, qué enorme caudal de gracias derramaré sobre las almas que recen esta coronilla! Las entrañas de mi misericordia se enternecen por aquellos que rezan la coronilla. Anota estas palabras, hija mía, habla al mundo de mi misericordia. Que toda la humanidad conozca mi insondable misericordia" (Diario de Santa Faustina, nº 848).