En Malakal, Sudán del Sur, corría el año 2015 cuando la Unión Africana denunció que allí se cometieron crímenes contra la humanidad como el canibalismo forzado. Un año después este lugar fue el escenario de un brutal ataque contra una base de la ONU que se saldó con 18 muertos y 40 heridos.
Ahora celebran por todo lo alto la llegada de un nuevo obispo tras 10 años de sede vacante. Su nombre es Stephen Ador Mojwok, el hasta ahora vicario general de la diócesis. En su homilía subrayó la necesidad de poner fin a la violencia con gestos fuertes y concretos. Sudán del Sur lleva desde 2013 inmersa en una interminable guerra civil que ya ha dejado más de 400.000 víctimas mortales.