Es tradicional que en el Vaticano el Papa celebre una misa por los obispos y cardenales que fallecieron en el último año. La ceremonia se realiza en noviembre, el mes de difuntos. Antes, el Papa suele visitar un cementerio de la ciudad de Roma y rezar ante las tumbas de sus predecesores.
En el último año murieron 7 cardenales y 136 obispos y arzobispos. Durante la misa celebrada por ellos en San Pedro Francisco alabó su ejemplo de vida, fidelidad y sobre todo, el ejemplo de quienes dieron testimonio de su fe en situaciones difíciles.