Antes de la bendición Urbi et Orbi, El Papa recordó el manifiesto pacifista que en 1955 lideraron Einstein y Russell con el objetivo de promover el desarme nuclear.
Que quien tenga la responsabilidad en las naciones escuche el grito por la paz de la gente. Que escuche esa inquietante pregunta puesta por científicos hace casi 70 años: “¿Terminaremos con el género humano o la humanidad sabrá renunciar a la guerra?”.
Pidió rezar por la paz en África y Oriente Medio, con especiales menciones a Jerusalén, Yemen, Libia, Siria, Irak, Afganistán y Líbano.
También pidió oraciones por Myanmar, por los afectados por los recientes desastres naturales en Sudáfrica y por la población de América Latina que sufre la carencia de medios económicos.