PAPA FRANCISCO:
El 2 de diciembre de 1980 fueron secuestradas, violadas y asesinadas por un grupo de paramilitares. Estaban desarrollando su labor en El Salvador, durante la guerra civil. Comprometidas con el evangelio y arriesgándose mucho, llevaban comida y medicinas a los desplazados y ayudaban a las familias más pobres. Estas mujeres vivieron su fe con gran generosidad. Son un ejemplo para todos, para convertirnos en fieles discípulos misioneros.