En la audiencia general del miércoles 16 de noviembre, el Papa explicó cómo la paciencia se puede convertir en una auténtica obra de misericordia. Dijo que es necesaria para aguantar a los inoportunos y que además ofrece la oportunidad de corregir a los que se equivocan e instruir a los ignorantes.
Dijo que al mostrar paciencia con los que se equivocan y con los que no saben en realidad imitamos la paciencia que Dios tiene con cada persona.