El Parque O'Higgins se vistió de gala para recibir al Papa en la primera Misa que celebró en Chile. 400.000 personas se dieron cita con el papa Francisco al ritmo de una canción conciliadora: “Chile, una mesa para todos”.
A pesar del crecimiento económico, Chile sufre de una gran crispación social. También son menos los católicos. Por eso el Papa inyectó un mensaje optimista y exigente para enterrar hachas de guerra y recomenzar a construir un país próspero juntos.
“¿Quieres paz?, trabaja por la paz. El trabajador de la paz sabe que no alcanza con decir: no le hago mal a nadie, ya que como decía san Alberto Hurtado: Está muy bien no hacer el mal, pero está muy mal no hacer el bien”.