Durante el Ángelus, el Papa reflexionó sobre la alegría y la duda, dos características del Adviento, el período de preparación de la Navidad. El Papa explicó que la Navidad es una llamada a cambiar interiormente. Esto provoca dudas porque exige enfrentarse al pecado que hay dentro de cada uno. Sin embargo, cuando se vence el mal, llega la alegría. Francisco señaló que la Navidad tiene un mensaje concreto. El Papa mantuvo una antigua tradición romana. Después del Ángelus, bendijo miles de figuras del Niño Jesús que llevaron los niños.