El Papa pidió a los líderes europeos que miren más los rostros que los números. Dijo que los problemas de las personas se han reducido a principios abstractos. Denunció que ya no existen ciudadanos sino votos, y que tampoco existen trabajadores, sino indicadores económicos.
El Papa dijo que el individualismo es el causante de la insolidaridad que la sociedad e instituciones europeas padecen. Recordó que un proyecto sale adelante con el sacrificio de todos, no solo de unos cuantos.