El papa Francisco comentó en la audiencia general de este miércoles, sus impresiones tras el intenso viaje a Irak. Dijo que fue una “peregrinación penitente”, porque fue a “hacerse cargo” del dolor causado por la guerra y el terrorismo.
Lamentó la destrucción del patrimonio cultural de Irak y la expulsión de cristianos y yazidíes, que corre el riesgo de renacer sin identidad. Por eso envió un mensaje de ánimo a los que se quedaron en el país. Ahora deben reconstruirlo. A los iraquíes que se marcharon les deseó suerte, pero auguró que puedan volver a su tierra...