El cardenal John Henry Newman comenzó su relación con Roma en 1833, cuando era anglicano. Luego regresó otras tres veces, la última en 1879, cuando fue creado cardenal. Es una de las figuras que más ha influido en el catolicismo del siglo XX. La canonización ha multiplicado aún más su fama.
Como homenaje, la embajada británica y el colegio sacerdotal inglés, han organizado esta exposición. Se llama "Un santo en Roma" y muestra su paso por la Ciudad Eterna.