Con esta pluma Pío IX firmó uno de los dogmas más importantes de la Iglesia hace 150 años, antes de la caída de los Estados Pontificios, el de la infalibilidad papal.
Pío IX estableció que el Papa no se equivoca en asuntos doctrinales cuando hace una declaración “ex catedra”. Uno de los puntos más importantes del Concilio Vaticano I.