Francisco toma su primera medida en el caso de las supuestas apariciones de la Virgen que desde los años 80 se producirían en Medjugorje, Bosnia.
Ha enviado allí al arzobispo polaco Henryk Hoser en visita pastoral. Su objetivo no será emitir un juicio sobre si las apariciones son ciertas o no. Deberá "recoger información sobre la situación pastoral y las necesidades de los fieles que acuden en peregrinación”. Después, con base en este informe, sugerirá las iniciativas pastorales para el futuro que considere necesarias.