No muy lejos de los lugares más sagrados de Jerusalén es posible comer exquisitos platos hechos con ingredientes bíblicos, tales como hierbas o especias, y cocinados con métodos artesanales. El artífice es Moshe Basson, un chef judío de origen iraquí especializado en la milenaria cocina de Oriente Medio. Moshe Basson es una suerte de arqueólogo gastronómico.
Esta pasión por las Sagradas Escrituras se traduce entre sus fogones en forma de las llamadas “siete especies”, siete frutos que se mencionan en la Biblia como propios de esas tierras. Son el trigo, la cebada, la uva, el higo, la granada, la oliva y los dátiles, ingredientes que se incluyen de una u otra forma en sus platos.