La comunidad de Maskwacis, a 70 kilómetros de la ciudad canadiense de Edmonton, tiene un nombre cree que significa “colinas del oso”. Allí, el Papa llegó al son de tambores a la iglesia Nuestra Señora de los Siete Dolores.
Le recibieron el párroco y varios ancianos de las Primeras Naciones, los métis y los inuit. El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, también estaba allí. El papa Francisco rezó en un cementerio cercano a una escuela residencial.