Cientos de personas se concentraron en las calles de Bari para recibir al Papa Francisco. Celebró la misa con la que concluyó el encuentro por la paz de obispos del Mediterráneo.
Durante su homilía, Francisco se centró en la importancia de amar no sólo a los amigos, sino también a los enemigos. Dijo que los cristianos están llamados a amar y perdonar sin excusas.
Dijo que la única manera de combatir una cultura de odio es dejar de quejarse de las personas y de las situaciones incomodas. Propuso en su lugar, centrarse en dar y perdonar.